Cuentos con Roberta



El viernes 28 de mayo nos visitó en Suárez la poeta Roberta Iannamico. La fuimos a conocer a la Biblioteca Popular Infantil (¡gracias por invitarnos, Isidoro y Biblioteca Amiga!). Ella nos leyó dos historias de su libro Bajo las estrellas. Nos explicó que algunas de esas historias las pudo escribir gracias a la información que le dio una arqueóloga –Alejandra Pupio- quien, a su vez, pudo obtener información de nuestro pasado a partir de lo que le contaron los objetos y restos de otros tiempos descubiertos en la provincia de Buenos Aires.
Para animarnos a escribir, Roberta repartió entre los chicos objetos que podemos encontrar en cualquier lugar (sachets de leche, broches de ropa, partes de juguetes, paquetes de galletitas, etc.). Cada uno debía mirarlo un rato, pensar como un arqueólogo y armar una historia a partir de ese objeto.
Acá están algunas de esas historias. Espero que las disfruten tanto como nosotros.


¡Qué dolor!

¡Ay! ¡cómo me duele la cintura! ¡Cómo pasan los años, qué vieja que estoy! Me voy a tomar el remedio que me recomendó el médico.
¿Y esta cajita azul qué hace en el cajón de los remedios…?
Me parece que era cuando el primer chico lindo y guapo que vi (lo encontré en mi cumple de 15) me regaló la cajita. Por lo menos soy buena para algo (recordar)
¡Qué suerte que es sábado y qué lindo día! ¡Está para tomarse un heladito! ¡Y… ya no me duele la cintura!

………………………Azul Denaro (a partir de una cajita de tela azul)

Catano, el inventor de las masitas

Había una vez, hace 7 años, un viejito que tenía 60 años que inventó unas masitas a las que llamó Chocolinas. Él inventó las masitas porque el papá era doctor y no lo dejaba comer masitas. Entonces, él a los 80 años murió y su papá se dio cuenta que él era famoso por las masitas. Él se llamaba Catano. El papá tenía 95 años.

……………………Abigaíl Lazarín (a partir de un paquete de chocolinas)

Historia de una duenda

Érase una vez una duenda que era la más linda del barrio, cuando iba a pasear por las calles los duendes caían hacia los suelos, porque la duenda tenía ojos fatales y una vestimenta con una remera fucsia, una pollera de jean y un moño plateado que era mágico. Porque la duenda tenía 9.999 años, pero ese moño mágico le permitió parecer una chica de 15 años (igual era una duenda igual al tamaño de todos los duendes, medianos).
Pero un día vio un duende de quince años, el duende se le acercaba más y más y la duenda transpiraba más y más; el joven duende le hizo ojito y le dijo: -hola muñeca, ¿querés salir? Y la duenda le dijo: -Claro. –Bueno, te invito a caminar por la playa al atardecer, dijo el joven duende. La duenda dijo: -Claro.
Fueron a caminar y el joven duende le mostró a la duenda un diamante pegado a una sortija y la duenda le dijo: ¿Qué es eso? El joven duende le dijo: -Muñeca, la rosa más bella de las rosas, ¿te quieres casar conmigo? La duenda sin pensarlo le dijo: ¡Claro que sí! Pero el joven duende antes de ponerle el anillo le dijo: -Entonces, sacate el horrendo moño de color plateado. La duenda le dijo enojada: -¡No! El joven duende le arrancó el moño. Entonces la duenda se hizo vieja vieja vieja, hasta que quedó como una abuela y se murió, se hundió entre los granos de arena y quedó sólo el moño y la vestimenta. El joven murió gordo y viejo y así pasaron los años hasta que nací yo.

………………………Zara Blasco (a partir de una ropita de títere fucsia y negro, con moño plateado).


Celeste y su bolsa de agua


Había una vez una chica llamada Celeste que tenía 8 años, vivía en la calle, sólo tenía una mantita para acobijarse pero no se sentía muy calentita, entonces decidió buscar algo, para calentarse y dormir bien calentita. Entonces fue a buscar algo que la pueda calentar. Recorriendo las calles se encontró con una carterita chiquitita y dijo: -No, esto no me serive. Después encontró lata pero dijo: -esto tampoco me sirve. Y siguió buscando, después encontró una bolsa de agua caliente y dijo: -¡esto sí me va a servir y voy a poder dormir calentita. Cuando llegó la noche y era hora de dormir, calentó agua, porque ella tenía agua y calentó con la lata que había encontrado y se la puso a la bolsa de agua y durmió muy calentita todos los días que tenía frío.

……………………………Mercedes Ofcsek Pérez (a partir de una bolsa de agua caliente)

Palomar

Palomar era su nombre y un día encontró un broche. Ella era una señora mayor y casi nadie le hablaba en ese año. El broche se llamaba Roja. Con Roja se podía colgar la ropa. Palomar vivía con sus nietos: Snoopor y Nilos, ellos vivían en un árbol. Ella cocinaba y lavaba los platos mientras ellos iban a cazar animales.
Un día a ella se le ocurrió llevar a Roja. Caminando por los árboles se encontró con un viejito, se conocieron y se hicieron amigos y compraron muchas Rojas. Se murió su amigo (el viejito), ella se dio cuenta que él tenía algo en la mano, era un anillo, entonces se puso a pensar ¿y él capaz que quiso casarse conmigo? Y se puso a llorar, los hijos llegaron después de tres meses. Ellos, que sabían cómo cazar, se dieron cuenta de que lo habían matado.
Investigando semanas, meses ¡¡¡años!!! En un cuatrialas buscaron sospechosos volando. En tigres, dientes de conejo. Por debajo de la tierra y en avestruz por la tierra y en mosfosaros por el agua. De pronto, vieron una luz, era una lanza que reflejaba en la luz verde del sol, era el mayor asesino de toda la aldea. Lo encuentran y… CONTINUARÁ.

……………………Franco Allen (a partir de un broche de ropa de madera)


Desaparece y aparece un plato

Un día de tal año que nadie recuerda, Matías fue de viaje y decidió ir a las sierras. Eran unas sierras de las que nadie recuerda el nombre y, aunque alguien diga todas las sierras del mundo, nadie lo recordaba. De pronto, Matías sintió hambre y como arte de magia el plato desapareció.
En no muchos minutos, en un lugar cálido (con aspecto a playa) un arqueólogo vacacionando lo vio.
¿¡Quéeeeeee!? Exclamó.
De una manera que otra pudo descubrir todo, pero nadie sabe cómo.
El viaje fue largo y con problemas.
Todos los problemas solucionados y Matías se encontró con el arquéologo. Una vez ya con el plato, ya comió. ¡Ay! Podemos decir que no encontró nada.

………………………Matías Frank (a partir de un plato de lata)

Jirafas más que oro

Había una vez una niña llamada Estefanía que cada día iba a un lugar donde había una tranquera, que era tan pero tan, tan, tan extraña que todos querían entrar. Ahí era un mundo muy loco y la persona que entraba no podía salir nunca más. Estefanía era la única que podía salir porque era la reina; dentro de ese lugar era costumbre ver jirafas por todos lados, igual era el único animal, pero lo contemplan más que oro porque daba mucha salud a las personas.

......Eloísa Corro (a partir de una tranquera de juguete)

Estudro

Había una vez una chica que se llamaba Sara que vivía en el basurero y era re curiosa. Ella a la noche encontró un insecto que lo puso en un estuche de lapiceras. Al otro día se fijó en el estuche para ver si todavía estaba. Bueno, se fijó y el bicho estaba. Ella no sabía qué darle de comer y entonces probó con todo tipo de cosas. El bicho sólo se acercó a una hoja de la planta de menta. A la nochecita ella le puso una latita de agua y se fue a dormir. A la media noche cayó una helada y a la mañana se levantó y estaba resfriada, la planta estaba seca y el bicho hambriento. A la tarde pasó por el basurero un señor llamado Agustín y cuando la vio a la nena estornudando y con un bichito adentro de un estuche de lapiceras roto y sucio le dio lástima y se la llevó a la casa. Cuando la nena entró a la casa dijo: Guau. –¿Qué te asombra tanto, querida? Le preguntó. –Ese retrato. Le responde. Ese cuadro tenía el mismo bicho que el que ella tenía en su estuche. El hombre le dijo que todos los bichos de esa especie eran iguales. Después a la noche el hombre y ella estaban pensando en un nombre para el bicho… hasta que Sara dijo -¡ya sé! -¿cómo? Le preguntó el hombre. -Se llama Estudro. –Y ¿por qué? Le pregunta el hombre. –Por el cuadro y el estuche. Y desde ese día la nena vivió feliz junto a su bicho y el señor.

………………Lourdes Salvi (a partir de un estuche de marcadores)

Lo más preciado

Había una vez: una nena que vivía en la calle y se llamaba Anacleta. Tenía una sola amiga que era una tarántula. Tenía diez años. Cuando se quiso ir a dormir se dio cuenta que era el tacho de un hotel que sería su casa y encontró una pieza de rompecabezas, pero ella no sabía lo que era porque ella vivía en la calle y no sabía lo que era eso. Entonces, lo guardó en el tacho debajo de una cáscara de banana (su lugar preferido, guardaba las cosas más preciadas de ella, que para nosotros son chucherías porque nosotros nos encontramos una pieza, no la agarramos, porque vamos y nos compramos un rompecabezas completo pero para Anacleta era algo muy preciado). Al día siguiente se despertó contentísima pensando que algún día podría completar el rompecabezas y ese día encontró otra pieza, vio si le había encajado y le encajó, lo guardó debajo de la cáscara de banana y al día siguiente no encontró nada porque ¿sabés adonde había parado? En el basurero y no estaba su amiga la tarántula así que empezó a llorar en vez de buscar a ver si había otras piezas, porque le faltaban dos piezas. Empezó a buscar las piezas, las encontró, corrió, saltó y se cansó y lo desarmaba y armaba y en vez de vivir en un tacho tiene una casa más grande en el basurero.

..................Clara Blando (a partir de una pieza de rompecabezas)

En Eucaliptus

Había una vez una nena de tres años llamada Floripéndula, que vivía en un lugar muy lejos llamado Eucaliptus, en el año 2010. Tenía una familia de cuatro integrantes y ella era muy charlatana. Una vez fue al centro con sus primas y encontró un reloj de esos de los caros, pero el problema era que era de varón.
Al otro día fue al jardín y se lo mostró a todos sus compañeritos y le dijeron que era una ladrona, ella preguntó por qué y Marulo le respondió: -ayer lo traje y ahora no lo tengo más. Cuando se fue a su casa, pensó: ¿no seré chorra yo? Y mientras dormía la almohada le dijo: NO.
Al otro día fue al jardín y le dijo a sus amigos: -no soy ladrona, hasta me lo dijo mi almohada, fue un mal entendido, yo lo encontré en el centro tirado,
-a mí se me cayó pero cuando lo fui a buscar ya no estaba y cuando llegué a mi casa de lo furioso que estaba lo tiré al tacho de basura
-bueno, si hiciste eso te lo doy, eso era mentira, yo lo encontré en el tacho de una casa.

……………………………………Martina Paz

Mi peor amiga

Había una vez una nena llamada Constanza que tenía pocos amigos porque era presumida y era pobre, entonces un día se metió a un basurero y encontró una pulsera en forma de flor en color violeta. Al día siguiente, una chica llamada Victoria, su mejor amiga, se la robó de la mochila, sonó el timbre de salida y Constanza se fue a su casa y cuando abrió el cierre de la mochila no encontró la pulsera, buscó por todas partes y no la encontró por ninguna parte; fue a la casa de Victoria y Victoria no sabía qué hacer (atender o no antender), Victoria atendió y le preguntó a Constanza qué precisaba; entonces Constanza le dijo que había perdido la pulsera, Victoria le dijo que no la había perdido, sino que ella se la había robado. Constanza le dijo que no eran más amigas.

………………………………Karenina Minich (a partir de una pulsera violeta)

Por una lupa

Hace mucho tiempo una chica llamada Agustina, que vivía en un callejón, buscó en la basura y encontró una lupa y fue a mirar cosas, primero vio unas hormigas y le picaron hasta que después perdió la lupa…

“Hasta que salí a buscarla me di cuenta que Florencía me la había robado, se la escondió en su habitación. Me largué a llorar hasta que Florencia propuso darme $150 para que le devuelva la lupa, cuando me la devolvió me di cuenta de que estaba en una caja, abrí la caja ¡¡¡ay!!! Qué sorpresa me di. Estaba hecha pedazos. Y yo le pregunté ¿por qué me la rompiste? Y me dijo: -porque eres mala, egoísta y fea. Y yo aprendí a no ser mala persona.

…………………………Micaela Holzmann Graff (a partir de una lupa)

Lo que pasó en Escocia

En una ciudad de Escocia se definía quién iba a ser el presidente y este era:


Pero los de Escocia no querían que Silvio sea presidente y se armaron un ejército para hacer un piquete o más bien una guerra y esta es una foto de ellos:



Pero Silvio también tenía los suyos y esos son ellos:



Y cuando se dijo que Silvio era el nuevo presidente ¡Se armó una guerra tanto en el agua como en la tierra!




Y a ellos se sumaron más y más.
Y luego llegó Gaturro y Ágata con su humor.




Y la guerra terminó.

Autor: Gaspar Breit

El sueño


Hace mucho tiempo había un chico que había tenido un sueño de aventura.

Una noche había un chico que estaba recostado en el sillón leyendo un cuento. Y de pronto apareció la mamá y le dijo:
-Andate a dormir y dejá de leer porque vas a tener pesadillas y además mañana tenés escuela.
Y después de un rato el chico se fue a acostar. Y de pronto apareció un duende que le dijo:
-Andá con la mariquita asesina.
Después de caminar tanto la encontraron y cuando la vieron se despidieron y cada uno tomó su camino. El chico fue a saludar a la mariquita y le preguntó:
-¿Tú sabes el camino a mi casa?
-Yo no, pero el unicornio capaz que sí.
Así tomaron el camino a la izquierda y al final del camino lo encontraron y el unicornio le dijo al chico:
-Subite a mi lomo, te llevaré a tu casa.

ilustradora: Julieta Carcedo escritor: Tomás Dietrich

La princesa que tiene un gato

Había una vez una chica que se llamaba María. Ella era una princesa y todos los del reino la conocían. Tenía un gato de mascota y un día se le perdió. Entonces le echó la culpa a su sirviente y le dijo: -Devolveme mi gato, sé que lo tenés vos. –Yo no lo tengo, lo digo de verdad. Entonces el sirviente extraterrestre se fue y antes de que se vaya, la princesa le dijo: -Esperá, te voy a revisar. Y lo revisó y no tenía nada.
Después le fue a preguntar al otro sirviente, el chancho.
Lo revisó, le preguntó si lo tenía y le dijo que no. La princesa dijo: ¿Dónde estará mi gato? ¿Se habrá ido? Entonces le fue a preguntar a la que le limpiaba el castillo.
Le preguntó a la que le limpiaba el castillo, que se llamaba Mónica, y la princesa la revisó, le preguntó si tenía su gato y le dijo que no, que no lo había visto. La princesa pensó: “Bueno ¿y dónde? Le voy a preguntar a mi amigo Hércules si me puede ayudar a buscar a mi gato”.
La princesa le fue a preguntar a su amigo Hércules: -Hércules, amigo mío ¿me podrías ayudar a buscar a mi gato? Y Hércules contestó:
-¿Cuándo se te perdió?
-No lo veo desde ayer a la tarde.
-¿Y dónde estaba ayer a la tarde?
-En el patio. Yo me fui adentro y cuando salí no estaba.
El amigo de Hércules quiso ayudar pero no lo dejaron y se enojó. Hércules le dijo: -No te enojes, porque otro día vas a poder ayudar en otra cosa. El amigo de Hércules seguía enojado y no dejaba de ponerse rojo.
Hércules le dijo a la princesa: -No te preocupes, es muy normal que se enoje.
El amigo de Hércules había descubierto que el enemigo de Hércules había robado el gato de la princesa María.
El enemigo de Hércules, que se llamaba Focoloco, le dijo a su ayudante, el monstruo violeta: -¿Trajiste el gato de la princesa María? El monstruo violeta le dijo: -Sí, mi amo, te lo traje, ¿qué quieres hacer con él, mi amo? –Quiero dárselo de comer a mis preciosas bestias. El otro ayudante, el verde verdecito, le dijo: -Pero ¿Cómo les vas a dar de comer ese pobre gato, no te hizo nada? –Se lo quiero dar de comer porque me gusta la maldad.
El verde verdecito dijo: -Está bien, pero si la princesa le dice a Hércules que lo venga a buscar, no me pidas ayuda para ayudarte a que no se lleve el gato.
El amigo de Hércules le preguntó a Hércules dónde estaba el gato de la princesa, entonces Hércules fue volando en su caballo y llegó a la guarida de Focoloco y le dijo: -Dame el gato y Focoloco le contestó –No, no te lo doy, porque se lo voy a dar a mis preciosas bestias. Hércules le contestó: -¿Por qué se lo quieres dar de comer si la princesa no te hizo nada? –Ya le contesté a mi ayudante, porque me gusta la maldad.

Martina Minich

como perro con dos colas






Con lo recaudado en el concierto de guitarra a cargo de Guillermo Palacios que organizamos con la Escuela y gracias a la colaboración de la gente, pudimos comprar casi 70 libros nuevos de literatura infantil y juvenil para la biblioteca.
Todos fascinantes, lindos por donde se los mire, juguetones, misteriosos, tiernos, apasionantes.

animales fantásticos


Julieta Carcedo, de 9 años, creó un personaje a partir de la mezcla entre distintos animales.
Hacé click sobre la imagen para poder verla mejor y leer la descripción de "Trapous"