Ella y yo


Ella y yo


Todo empezó cuando le estornudé en la cara a una camarógrafa, menos mal que era un ensayo, sino me hubieran sacado del set.
Estaba ensayando para mi primera película; para eso tuve que viajar hasta acá: Hollywood.
Ese día, cuando terminé de ensayar, salí del set y me crucé con una muchacha muy extraña; tenía la cara blanca, usaba una túnica larga color negra con capucha. Yo no le di mucha importancia y seguí caminando.
Me fui al hotel en el que estaba alojada y la llamé a mi amiga Raquel, que estaba en Europa. Me encerré y no dejé pasar a nadie, ni a mi mamá la dejé pasar que me estaba esperando afuera para ir de compras. Le conté a Raquel lo que vi y le dije que se viniera. Le tenía que contar a alguien de esa chica extraña y en ese caso a mi mejor amiga, no a mi mamá porque era obvio que no me iría a creer.
Al día siguiente me tocaron la puerta y era Raquel; le conté todo y ella no me creyó y quise que entrara en razón, hasta la llevé al lugar donde se me apareció. Traté de convencerla pero no me creía.
Por la tarde fuimos al set para el ensayo de la peli (dos semanas después era el estreno). Raquel me acompañó, terminé y cuando salimos estaba la chica de cara blanca otra vez.
-Ahí está –le dije a Raquel.
-Tenés razón, vamos a seguirla. –me dijo.
La seguimos hasta un callejón y desapareció y no la volví a ver más hasta el estreno de la peli: estaba afuera sentada en el cordón de la vereda. Estornudé y se dio vuelta.
-yo no existo –dijo ella.
-Entonces, ¿cómo yo y también Raquel te pudimos ver? –dije.
Cerré los ojos y los abrí. Ya no estaba.
Nunca más volvi a verla, hasta el día de hoy. La tengo enfrente y no puedo parar de estornudar. Me está mirando.

Valentina Minich, 13 años.